Thursday, November 27, 2008

Historia de un tirano

José Antonio Aruquipa Z. *

Es y será recordado como un tirano, aunque en realidad la egolatría
resaltará como su rasgo más prominente. Se lo recordará como a una persona, aislada socialmente, que en su niñez padeció muchas frustraciones y heridas que contaminaron su alma con resentimiento.

Se evocará que una vez
encumbrado en el poder, construyó un régimen totalitario dedicado al culto a su persona, un gobierno en el que su carácter apasionado e inclinado a la violencia se imponía sobre la ley, los valores y los principios.

Sus actos de gobernante serán catalogados durante mucho tiempo como los
actos de un hombre solitario que embriagado de poder creyó ser la personificación del Mesías de una nueva era; un nuevo ciclo en el que el pueblo, las instituciones, el Estado tenían que someterse a sus ideas, sus
caprichos, sentimientos y supersticiones.

Ya se han invertido ríos de tinta
en descripciones de su régimen totalitario, pero aún quedará espacio para repetir que el ególatra usó su partido político, su "instrumento" para imponer el monopolio de su poder en el Estado.

Se rememorará cómo usó la propaganda política para hacer creer a la gente
que su voluntad personal era la "voluntad del pueblo", la "voz del pueblo". Cuando en realidad se trataba de un gobernante que estaba dispuesto a que sea el pueblo el que se sacrifique ‹no él‹ en aras de su ambición de poder.

Se dirá que tanto usó la manipulación de la realidad que terminó creyendo
fervientemente sus propias falacias. En el Gobierno del autócrata, el partido único -narrarán las crónicas- monopolizó todos los derechos de la gente y redujo a los disidentes al silencio. La propaganda sirvió para exaltar al régimen y denigrar a los que reclamaban democracia.

Será en la historia el referente de un mandatario que se rodeó de sumisos y
fieles adoradores de su ego. Los cronistas dirán que las reuniones del gabinete del ególatra no eran de deliberación, sino de imposición de sus designios. Pasará el tiempo, pero desde el arrepentimiento volverán a surgir testimonios de allegados que recordarán cómo el autócrata ignoraba los consejos y prefería las adulaciones.

Durante mucho tiempo, los estudiosos del derecho constitucional y sus
principios mencionarán como aspecto extraordinario el desprecio que el absolutista tenía sobre el Poder Judicial. Dirán que este gobernante detestaba la administración independiente de justicia porque representaba
una limitación al ejercicio de su voluntad absoluta. Mencionarán que era él quien acusaba, juzgaba y condenaba.

La justicia, dirán los historiadores, se instrumentalizó hasta convertirse
en patíbulo para destruir a los opositores. Algunos, como Gregorio R. De Yurre, ya registraron que "otro método que se usó para eliminar la independencia del Poder Judicial" consistió en la "elección de jueces y la
formación de tribunales con personal ideológicamente escogido para lograr los fines del gobernante".

Aislado de la fe en Dios e insensible ante el dolor ajeno, el dictador creyó
que el culto a su persona era la única religión permitida. Sembró el odio en sus arengas y cosechó muerte, guerras y luto. Empujó a su pueblo a la confrontación, provocó el caos y gobernó desde el caos.

El tirano de esta historia nació en una hospedería de Braunau sobre el Inn,
Austria, el 20 de abril de 1889, fue bautizado como Adolf Hitler y se suicidó a los 56 años en su búnker de Berlín el 30 de abril de 1945, después de darse cuenta que su país, Alemania, caía destruido por su "lucha".

* Periodista, constituyente por Podemos
antonioaruquipa@hotmail.com

(Columna publicada en LA PRENSA, el día jueves 20 de noviembre de 2008)

Cualquier parecido con la realidad actual boliviana es pura coincidencia, de
hecho mientras leía esta columna que fue escrita por un integrante de PODEMOS (Poder Democrático y Social, partido opositor al actual gobierno), yo veía como la descripción del tirano de la Alemania nazi (aunque según iba leyendo poco me imaginaba que esta era de él), le caía como anillo al dedo al actual presidente de Bolivia, lo que ya debería decir mucho del actual régimen.

Para rematar, yo no sé siquiera porque tanto lío con buscar la aprobación de
la nueva Constitución Política del Estado, ya que "Nuestro Bienamado Líder" cínicamente se ha expresado diciendo que él procede, y deja arreglar cualquier lío legal (violaciones a la actual CPE, entre otras perlas) a los asesores legales que tiene, "que para algo han estudiado leyes".

Total violaciones a la CPE, a la vieja o a la nueva, se darán igual, el
momento en el que nuestro "presi" necesite hacer algo, sea que esté dentro de los límites legales o no. Por ese simple motivo, y aunque la nueva CPE fuera la más perfecta del mundo (que no lo es), mi voto va por el NO a la nueva CPE, vamos si primero hay que mostrar que respetas a la "vieja" antes de pretender hacer creer a la gente, que si vas a respetar a la "nueva".

¡Ah!, antes de que los despistados de siempre me acusen de ser de PODEMOS,
les digo que jamás ese partido ha gozado de mi preferencia. Y debo añadir para finalizar, que yo fui uno de los muchos ilusos que en un principio creyó en el tan mentado "cambio".





3 comments:

Sandra Strikovsky (Strika) said...

Hola, Gevalher:

Como leí tu entrada en el Reader, no vi las etiquetas que le pusiste y, al principio, mientras iba leyendo, al igual que tú creí que se hablaba de Chávez, pero por ser tu blog pensé más bien en Evo. Es que al final todos los tiranos están cortados por la misma tijera. No todos llegan a los extremos de Hitler, pero políticamente hablando, tienen los mismos métodos.
Ojalá que los bolivianos puedan liberarse pronto de ese tirano.
Un saludo

Sandra Strikovsky (Strika) said...

Estoy releyendo mi comentario y me expresé mal. (Estoy taaan cansada). Al igual que tú, pensé que el artículo hablaba de Evo (aunque en realidad, primero pensé en Chávez y luego por ser tu blog pensé en Evo).
Mejor ya me voy a dormir, ja.
Un saludo

Gevalher said...

Querida Strika:

Ahora mi pregunta es que si algo similar le ocurriría a cualquier venezolano que leyera un artículo similar con autoría de un político opositor a Chávez...

Tú me confirmas que no he sido el único en ver cómo ese molde se aplica a otros...

Saludos!

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