X-Men Origins: Wolverine

La nueva película del mutante favorito de todos, X-Men Origins: Wolverine, seguro que va a dejar a a más de un fan decepcionado, y a bastantes más enfurecidos...

Recapitulando un poco la historia, más bien el comienzo de la misma, comenzamos con la infancia de James Howlett, después conocido como Logan, y tambien como Wolverine (Hugh Jackman), quien acaba matando al asesino de su padre, en la primera aparición de las famosas garras, quien antes de morir le dice que él era su verdadero padre, de ese modo emprende la huida junto a su hermanastro Víctor Creed (Liev Schreiber), con quien irá creciendo y participando además de cada enfrentamiento bélico de los EE.UU., que abarca desde la guerra civil, hasta la de Vietnam. Esta secuencia inicial, aunque no aporta nada argumental de importancia al filme, es una de las mejores secuencias del mismo.

Es en Vietnam donde se descubre lo raros que son y son encarcelados hasta que el Coronel Stryker llega a ofrecerles la libertad a cambio de que se unan a un equipo de operaciones especiales del US Army, y que en varias de sus misiones iniciales están tras los restos de un metal extraño hallado en meteoritos.



Ante las atrocidades cometidas por sus compañeros (mutantes también), y en especial ante el salvajismo de su hermano ahora llamado Sabertooth, Logan acaba renunciando y se busca una nueva vida en Canadá con una mujer a la que ama. Pero luego de unos idílicos años, Sabertooth, ocasiona mediante un asesinato que Logan se vuelva a reunir con el Coronel Stryker, de nuevo, esta vez sometiéndose voluntariamente a la implementación del metal adamantium en toda su estructura ósea, único modo, según el coronel, con el que Logan podrá lograr con éxito la venganza que busca en contra de Sabertooth.

Hasta ahí más o menos el resumen de la película, y lastimosamente y con todo el dolor de mi corazón debo decir que la película sufre y mucho de las previamente anunciadas interferencias de los ejecutivos de la 20th Century Fox, con el resultado de que a pesar de contar con un director de renombre, en esta ocasión hemos acabado con un pastiche del que apenas podemos rescatar unos cuantos momentos memorables, y después de eso, no queda nada más, rayos la sensación de las pipocas que comí, me ha durado más tiempo, que cualquier satisfacción que pude o quise haber hallado viendo este filme.

Vamos a ver la motivación de Wolverine en esta cinta era la venganza, y ese el motivo por el que acabó con el esqueleto y las garras de adamantium, pero ese motivo se diluye cuando nos dan la explicación real de la muerte de su amada, y si película de venganza quisiera ver, hay mejores opciones como Payback con Mel Gibson, o Kill Bill con Uma Thurman.


La películas toma arcos argumentales de diferentes historias de Wolverine en los comics, pero alterándolos tan radicalmente que ni siquieras acabas disfrutando o reviviendo esas experiencias. Se insertan como co-protagonistas en la misma a tantos otros mutantes, los que sufren de la falta de exposición y desarrollo. Gambito (Taylor Kitsch), se reduce a hacer su aparición en tres escenas, y el desempeño del actor, según varios otros que conocen al mutante de los comics, no pasa de mediocre.

Para mí, y sin ser fan a ultranza del universo de héroes de la Marvel, el peor ultraje se le ha hecho al personaje de Wade Wilson, Deadpool (Ryan Reynolds), quien ha sido introducido a la fuerza como el detonante del climax de la película, cuando ya el supuesto eje motor de la misma, la venganza, estaba ya desechado.



En el afán además de sanitizar la cinta, se ha disminuido la violencia, o más bien las consecuencias de la misma a niveles que rayan en la ridiculez, ya que pareciera que las garras de adamantiun fueran más de goma que del resistente metal, y que sólo vemos cuando corta cosas estúpidas como el lavadero de un baño o una mesa.

Usualmente cuando veo un filme que no me ha gustado, o que por lo menos no me motiva a escribir algo sobre el mismo, dejo el asunto por la paz, pero en este caso, no puedo menos que sentirme no solo desencantado, sino muy molesto con este filme que tenía de todo para salir por lo menos a flote, y es tanto o más olvidable que los recuerdos del propio Wolverine. Resumiendo solo puedo sacar una conclusión de este desastre y es que no voy a ver más películas de superhéroes que se hagan en la 20th Century Fox, y si las vuelven a hacer, esperaré a que las pasen en el cable, y así por lo menos me ahorraré el precio de la entrada...