Saturday, April 24, 2010

El secreto de sus ojos


"El Secreto de sus ojos", la más reciente película argentina en ganar el Oscar, en la categoría de mejor film extranjero, me ha dejado gratamente impresionado. Realmente no esperaba encontrarme con una historia atrapante, y con unos diálogos y actuaciones que me han dejado recuerdos que espero sean imborrables.



Benjamín Esposito (gran Ricardo Darín), un empleado de los tribunales de justicia, que casi al mismo tiempo que conoce a su nueva jefa, Irene Menéndez Hastings (una fantástica Soledad Villamil), se encuentra inmerso en un caso de violación seguido de asesinato de una recién casada, y así progresa la historia que se enfoca en dos partes principales. La primera su obsesión con este caso, que para las autoridades y jueces de la corte carece de mayor importancia, y quiere ser archivado rápidamente, mención aparte de que es la temporada previa al golpe de los militares a María Estela Martínez de Perón.



La segunda trama se centra en la relación entre el empleado que siente una fuerte atracción por su jefa, pero que no se atreve a confesar su amor, al mismo tiempo que Irene tantea el terreno, para ver si Benjamín da los pasos necesarios para que ella a su vez pueda desandar la ruta que ya se ha trazado en su vida...



La película, se desarrolla en dos tiempos distintos, el actual en el que los protagonistas ya han envejecido, y el del tiempo previo a la infame dictadura militar con la tristemente célebre "guerra sucia" incluida. En el tiempo "presente" Benjamín es ya jubilado y con ansias de ser un escritor y narrar sobre el caso que le tuvo ocupado de una u otra manera permanentemente, y aún tratando de completar el rompecabezas que presenta el asesinato de la joven esposa.



En el tiempo pasado, vemos su incesante búsqueda del personaje a quien él considera el verdadero asesino, asistido sólo por su colega Pablo Sandoval (un irreconocible Guillermo Francella), empleado al igual que él, solo que con el vicio de la botella a cuestas. La caracterización de Francella, como el amigo de Benjamín es una clase genial de actuación, de un actor que se había caracterizado por sus roles de cómico tanto en la tele como en el cine argentino, y sin embargo acá a pesar de mantener sus toque de humor característicos, se la ingenia para componer un personaje no solo diferente, si no además interesante.



Qué decir acerca de las actuaciones de los dos principales personajes, nada más y nada menos que simplemente geniales, te compras la idea de que estos dos comparten muy en el fondo una atracción muy fuerte, y que debido a situaciones fuera de su control, y/o a causa de sus propios miedos e inseguridades, jamás darán el paso necesario para dar rienda suelta a sus deseos. Los diálogos son simplemente geniales, en especial en la escena del interrogatorio.



La cinematografía y el cuidado detallista en las escenas es algo que me ha impresionado y mucho. En particular me ha impresionado una secuencia que comienza siendo una panorámica aérea sobre un estadio de fútbol, y que poco a poco nos acerca a las tribunas repletas de gente, hasta acabar con Benjamín y Pablo metidos en medio de la hinchada de Racing. Tan solo esa escena hace que valga la pena ver esta cinta en la pantalla grande.


Una dirección maravillosa a cargo de Juan José Campanella, cuya película además está repleta de interesantes giros en la historia (algunos de los cuales anticipé y otros no), y cuyo principal logro es mantener la atención del espectador desde un comienzo, sin dejarla decaer hasta un final, en el que quedan abiertas muchas posibilidades. Hasta el momento es de lo mejor he visto este año, y será muy difícil de hallar otra cinta que al menos la iguale en calidad e intensidad. Háganse un favor y vean esta cinta.




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2 comments:

Vania B. said...

Una película acerca de las pasiones, y cómo marcan éstas la esencia de las personas para siempre.

Pablo Sandóval (el asistente de Espósito) y su pasión por la botella y los despelotes en el bar, Morales (el viudo) y su pasión por su difunta mujer (que lo lleva a uno de los finales más alucinantes de la película), la pasión futbolera del asesino de la chica, la pasión de Espósito por Irene. Una persona puede cambiar de ropa, de empleo, de oficio, de apellido,de religión, de sexo, pero su pasión es su esencia, eso no se puede cambiar nunca.

Hermosa peli, la vi dos veces.

Saludos G!!!!!!

Gevalher said...

Entonces a mi me pillas buscando entre los fans de comics (y de Superman), entre los aficionados al cine, y en muchas de las vainas que hay en internet...

Y si, coincido contigo, esta película se merece verla varias veces, y como no, tenerla en la cintoteca particular.

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