Saturday, October 31, 2009

This Is It


This Is It (Esto es todo) es más que una película, un documental en el que el director Kenny Ortega, nos entrega una mirada íntima a la creación de lo que hubiera sido uno de los mejores shows en vivo de Michael Jackson.



Vemos desfilar ante nuestros ojos ensayo tras ensayo, de canciones, con pedacitos tan perfectamente acoplados que casi no se notan los momentos de corte entre uno u otro segmento. Somos testigos de cómo Michael se hace cargo de cada aspecto de su show, desde el timing de las canciones, las voces, y por supuesto aquello en lo que más ha realzado, y el aspecto por el que se hizo un ídolo a nivel mundial... su danza.



Hay momentos tan exhuberantes de coreografía, hay momentos de intensidad, y también hay momentos de frustración, pero algo que me ha asombrado de ver es que en serio MJ, era una persona amable, capaz de quejarse y exijir, pero siempre con cortesía y amabilidad, sin por ello ceder ni un ápice cuando quería que algo salga a la perfección, y sí, eso también se nota en la cinta, su ferviente dedicación a pulir el más simple de los detalles.



Sin embargo, quedamos intrigados al pensar en cómo este show hubiera dado que hablar, ya que estoy casi seguro que del modo en que se lo estaba haciendo, hubiera marcado un hito en la historia de estos eventos. Tan solo la preparación de efectos de luminotecnia y fuegos artificiales, y ya no hablemos de los efectos de video con bastante incorporación de efectos especiales (¿se imaginan una secuencia de "Thriller" en 3D?), y la coreografía tan particular de Michael, hubieran hecho de esos conciertos algo nunca antes visto.



Mi prima me comentaba, después de ver el film, ¿cómo es que llegó a usar drogas, si en la pantalla se lo veía en forma, a la par de bailarines profesionales 20 o 30 años menores que él?, no pude responderle nada en concreto, porque yo mismo me hago esa pregunta después de ver el show, ahí él esta en perfecto control mental y físico de lo que se propone lograr con el show, y no pude ver por mucho que me esforcé la más mínima señal de que ya algo no andaba bien... así que por el momento creo que eso seguirá siendo una incógnita.


La cinta cierra con una emotiva última reunión entre Jackson, Ortega y los demás artistas, en las que les agradece por la dedicación al show, días antes de tener que embarcarse para Londres. Desafortunadamente, ya todos sabemos el resto y nos queda el recuerdo en esta cinta, de poder ver en acción y de una manera un poco más íntima a un ícono de la música.



Cuando me enteré de la muerte de MJ, todavía estaba molesto con él, porque al igual que muchos me creí esa versión sobre el abuso, que luego desmintiera el tal Jordan Chandler. Igual lloré por su muerte porque a pesar de todo su música, (al menos hasta el album Bad) me acompañó y formó parte del soundtrack de mi vida, y aunque nunca he sido un fan de esos que se saben la coreografía de Thriller y el Moonwalking y todo eso, sí me molesté en aprenderme unos cuantos temas de él.



Siempre que un grande se va queda el consuelo de su obra, y en este caso This Is It, es un perfecto capítulo final a todo lo que en vida fue Michael Jackson.


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Wednesday, October 28, 2009

Films con algo en común









Todos los afiches anteriores pertenecen a películas que tienen algo en común. Estas películas varían en calidad, desde las buenas hasta las olvidables, pero a mí me cautivan por ese detalle que tienen en común... ¿Adivinan cuál es?...


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Monday, October 12, 2009

Public Enemies


Public Enemies (Enemigos públicos), el último filme de Michael Mann, nos narra de una forma simple las andanzas criminales de John Dillinger, el más audaz ladrón de bancos que plagara a los Estados Unido, en la era de la Depresión.

Dillinger (encarnado por Johnny Depp) es un hombre que se rebela contra todo lo que se interponga entre él y sus anhelos inmediatos, lo que sea que el dinero robado a los bancos le alcance a comprar, es un hombre además que busca hacerse simpático con el público en general, al rehusarse a tomar dinero de los clientes de los bancos asaltados, con los hombres de la ley y de la prensa, con quienes se permite incluso las chanzas y bromas, mismas que son casi ausentes en su trato con sus secuaces, a quienes los tiene bajo su dominio.


Edgar Hoover, el director del FBI, ante las burlas que recoje a causa de hombres como Dillinger, encomienda a un joven agente, Melvin Purvis (Christian Bale), la misión de atrapar a Dillinger, misión en la cual el mismo deberá aguantar varias bajas, antes de pedir refuerzos de hombres más experimentados, pero que salen del molde que Hoover quiere para sus agentes.

De muchos es ya sabida la lógica conclusión de la historia, y de este enfrentamiento entre el hombre de la ley que hace de perseguidor y el forajido, que por ratos parece invencible.
Aunque Mann se tomó la molestia de brindarnos una ambientación preciosa y casi inigualable de época, la peli se torna fallida cuando el director, se toma demasiadas licencias (incluidos algunos anacronismos), y en la escena en que se la debió de haber tomado, según muchos, (la famosa traición de la "dama de rojo"), él escogió apegarse a la verdad.

En la cinta vemos a un Dillinger más "humano" en contraste con versiones un poco más romantizadas, no hay explicaciones acerca de por qué es así, solo nos lo muestran tal como era en esos caóticos tiempos. En la cinta se enamora de una mestiza de padre francés y madre nativa americana, Billie Frechette (interpretada por Marion Cotillard), con quien desarrolla una relación en la que más que amor siente la necesidad de tener a alguien a quien proteger.

En líneas generales, no ha estado mal, pero se nota hacia el final que algo más le ha faltado a este film, para que uno sienta que ha sido testigo de algo importante. Y lo único que a mi me ha tenido cavilando y rumiando después de ver esta cinta, fue que atestigué la forma bastante irregular de combatir al crimen de los agentes de la ley y del FBI, recurriendo varias veces a la tortura franca y simple, aparte de otras prácticas igual de objetables.

Será que las investigaciones del modo en que las conocemos ahora, en esa época estaban en pañales, y la única forma expedita de acercarse a la verdad era a través de la misma violencia como la que empleaban los criminales en sus fechoría. Como colofón a lo dicho anteriormente sólo basta atestiguar la infame celada final , que para mi gusto tuvo todos los visos de una ejecución.


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Monday, October 05, 2009

District 9


Hace tiempo oí a un militar (¡cuando no!) decir que aborrecía las películas de ciencia ficción o con elementos fantásticos, porque, como decía él, en el momento en que veía a un hombre volar, para él la historia ya se reducía a meros cuentos aptos sólo para infantes o mentes débiles...



Yo en cambio me confieso absoluto partidario de esa clase de historias (y no es que abomine de las historias que se apegan 100% a lo que conocemos como realidad), porque esos elementos que a otros les parecen perturbadores, a mí, no solo me enganchan, si no que me han demostrado una incontable cantidad de veces, que no son más que ropajes, y luces de artificio, usados para dar un punto de vista diferente o disfrazado de problemas y situaciones con las cuales nos topamos en el quehacer diario, (todo eso claro, si usted es de los humanos, que de vez en cuando, se toma el tiempo, para hacerse las grandes interrogantes: ¿quién soy?, ¿adónde voy?, ¿influiré de algún modo en la sociedad en la que me desenvuelvo?, ¿es ésta toda la vida que hay?, ¿por qué tenemos la capacidad de ser malos o buenos?, etc., etc.)



Y de ese modo me fui a ver District 9, una película cuyo único antecedente conocido por mí, fue que era "apadrinado" por Peter Jackson (El de la trilogía de El Señor de los Anillos), y lo que vi desarrollarse ante mis ojos fue un despliegue inusitado de escenas de acción, de escenas con mucho gore, de escenas fantásticas, muchos, muchos extraterrestres, pero que tenía algo más que solo eso, tenía una historia y moraleja de fondo.




La historia comienza con el arribo de una gigantesca nave espacial que se mantiene flotando sobre Johannesburgo. Después de un tiempo, son sacados de ella una cantidad importante de aliens, cuyo aspecto insectoide, provoca que sean llamados despectivamente como "langostinos" (prawns), para ser reubicados en una especie de guetto, justo debajo del espacio sobre el que levita la nave especial.



Planes son desarrollados para reubicar a la población alien hacia otro distrito, con el fin de controlarlos mejor, mientras lo que busca una compañía internacional, encargado de vigilarlos y controlarlos, es el modo de hacer la ingeniería reversa de modo de aprovechar la tecnología alien de vuelo y armamentos, ya que la misma tiene un "seguro" y es que sólo funciona con ADN alienígena...




Así las cosas, Wikus Van der Merwe, un burócrata de medio rango de dicha multinacional es ascendido y encargado como el notificador y desahuciador de las criaturas, y mientras cumplía esta función es infectado con un combustible alien, (al parecer de origen orgánico), que poco a poco empieza a transformar su cuerpo en una entidad alienígena (claras alusiones a los films de La Mosca). Es entonces cuando Wikus, comienza a experimentar en carne propia lo que en realidad es ponerse en otros zapatos y experimentar todo el dolor y la tragedia que los seres humanos estaban ejerciendo en contra de los aliens.



Obviamente siendo la ciudad escogida Johannesburgo, y ya que hablamos de un guetto alien, las referencias a un reciente pasado son más que sutiles, pero extraña ver (¿realmente?) como los que hasta ayer eran los marginados y separados, ahora se refieren con los mismos adjetivos y otros peores a los nuevos "inmigrantes". Esto por sí solo ya nos hace mirarnos en el espejo y ponernos a pensar si realmente nosotros seríamos mejores que ellos en una situación similar...



Un reparto de absolutos desconocidos, desde el director Neill Blomkamp, (de quien ahora estaré pendiente), hasta los secundarios muchos de ellos actores debutantes, incluido el principal Wikus (Sharlto Copley), quien ha demostrado estar a la altura de esta historia, y a quien vemos cambiar desde un despreocupado burócrata, haciendo aquello que ha hecho toda su vida, pasando por la angustia de saberse perseguido y "diferente", hasta tomar conciencia y ver más allá de sus propios intereses y necesidades, y actuar en forma (super)heroica, aún a costa de él mismo. (Por cierto Pitt y otros como él deberían tomar nota de la actuación de este intérprete).



Aunque el inicio y el final de la cinta son contados en forma de documental (mockumentary, que le dicen en inglés), estos segmentos son siempre informativos y están tan bien hechos y editados, que no te sacan del hilo de la historia, y más bien son usados para dar más luces desde diferentes puntos de vistas (errados o no), sobre la vida y el destino final del protagonista.





Ya dije antes que hay mucha violencia y gore en la cinta, pero en este caso particular son solo medios, para contar una historia y nunca un fin en si mismo. Los efectos especiales, si bien no son de última generación son lo bastante buenos para contarnos la historia, el diseño de unos aliens, que hablan un leguaje que a nosotros nos parecen gorgoteos, y que sin embargo dado el tiempo transcurrido, son perfectamente entendibles para los humanos, así como los aliens entienden el nuestro. La moraleja final es que a veces tenemos que perder todo lo exterior que creemos que nos hace humanos, para encontrar en el fondo de nosotros nuestra humanidad.


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